Nací en una encrucijada de caminos, allí dónde el sol se desorienta al filtrase por un enorme rosetón de impresionantes vidrieras. Entonces el reloj marcaba las siete. Apunto de amanecer y el médico sin llegar. Salimos a celebrarlo el chocolate con churros y yo, después llegó el con mi padre, los dos cantando la marsellesa. Menos mal que al menos las abuelas siempre se encuentran cuando un lucero está a punto de alumbrarse.
La sombra del viejo reloj sobre el muro del rosetón apuntó a las 12.
Es curioso cómo trascurren los años, me encuentro con un pie en una ciudad y medio en el otro.
Soy una desarraigada, ciudadana de todas y ninguna parte. Siempre una extraña, vaya donde vaya. Mi tierra está allí donde mi corazón traquetea contento, abrigado o desolado, pero palpitando y ahora mismo dentro de mi pecho.
Comencé a juntar letras, cuando...las palabras.,desbocadas me sobresaltaron al amanecer, a las 10, a las 12... Un día, dejé que mis dedos acariciaran las teclas y se fueron... d e s p r e n d i e n d o hasta convertirse en una margarita, en una señora vieja que con su bastón renqueó hasta alejarse calle abajo, desaparecieron los adoquines
y
surgieron los campos
ora llanos-------,
ora vaguadas---.... ---,
ora riscos ////,
ora montañas...
Amaneció,
Anocheció.
afluyeron titilantes las estrellas. Un murciélago de la fruta me mordió. Me envenenaron con cantos las odaliscas de Atenas, me subyugaron las voces que surgían de criptas bajo la tierra.... Todas las letras, como ectoplasmas comenzaron a emanciparse, y subieron en su propia alfombra para regirse por su libre albedrío, como criaturas ajenas a mi presencia...
2 comentarios:
La foto de las ventanas con la buganvilla es una preciosidad, la otra también me gusta mucho.
Tengo que venir a ver más fotos.
Me encanta como te expresas,¿porque no escribes de una vez un libro?
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