-¡Sólo pruébalo!, Ricardo la mira divertido, con una sonrisa en la comisura de sus labios que resplandecen con ese jersey rojo de cuello alto.
-No, no quiero,¡ Ni hablar!.
Las carcajadas prorrumpen en el silencio de la entrada, ella mira con disgusto en dirección a la cafetería, mientras él, todavía más divertido toma el jersey de ella con dos dedos tirando, suave, como en un ruego.
Las distancias se acortan, mientras ella siente el calor de su mirada posarse en el rostro y en el último segundo gira su cuerpo desprendiéndose de él en dirección a la salida.
En dos brincos, Ricardo se sitúa delante, pegado a su nariz, frente a ella, y le dice con una voz camuflada en un susurro
– ¡No te enfades!
Marieta, rendida, comenta:
- No juegues a esto, no quiero jugar contigo.
El sonríe, y al final adopta un tono serio.
-No es un juego, argumenta:
- -Te comería a besos.
2 comentarios:
...no es un juego, dijo, y se la comió a besos. Otro bsito sin cuello alto ni rojo.
Gracias, _Natalí, eres un cielo.
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