Sonaron dos aldabonazos sordos, eran las doce, , me acababa de acostar, y titubeé.
¿Quién puede ser a estas horas?
Desde la salita la voz argentina de las campanadas se dilató... y Doce, otra vez,
recelé y como no me apetecía bajar esperé para comprobar si era un error,
nadie con sentido común golpea tu puerta a medianoche.
Transcurrieron varios minutos y poco a poco me f u i r e l a j a n d o,
apagué la luz dispuesta para unos dulces sueños.
Pero irrumpió desde la misma entrada, atravesando el zaguan y subiendo uno a uno los peldaños de las escaleras una voz GRave, cavernosa, ATRONADORA y como una MAZA tomando impulso en el aire,
golpeó de nuevo la manilla de metal en ...
Uno,
Dos,
Tres, ...
hasta Doce golpeteos.
El eco quedó revoloteando en mis tímpanos ateridos de miedo, y puede que de frío.
Se oyo un carraspeo y después...
¡ABRE YA! Grunó con la fiereza de una fiera.
Y ...se desgarró en hifas sinuosas que penetraron a través de la herrumbrosa cerradura, y subieron en cascada
y yo, cobarde, me tapé con las sábanas.
...... ...... ...
hasta que un chirrido intentando romper las bisagras me enfureció y espoleada por una fuerza atávica dije:
Pasa si puedes, tontaina!
(La que arme!!)
Parecía que tras la puerta de mi cuarto una bestia herida asaeteaba con gruñidos la hierática masa de madera perfectamente rasssurrrada.
Y cuando se cansó de esa estrategia puso en hora todos los relojes de la casa para que los tic-tac me marearan,
luego encontró las viejas campanillas de mi tía abuela y se apresuraba a sacudirlas con impaciente desespero, cacareado Campanilleo.
De pronto una suave voz de lira rota, infantil, me taladró con fingida dulzura silbando un bemol, como una cuerda delicada y aterradoramente falsa.
VEN me dijo TE ESTOY ESPERANDO
Sin saber qué hacer y con una aplastante certeza de lo terrible que me esperaba tras la mirilla resolví tirarme por la ventana
Cuando me lanzaba rasgando el aire frío laceré la noche con un aliviador GRITO,
Vi en el suelo un personaje cadavérico riéndose esTenTóreamente
al tiempo que afilaba complacido su guadaña.
2 comentarios:
Yo tambièn soy muy cobarde. Nunca me he acercado lo bastante hasta el peligro.
A los seres compungidos por lo ignoto, nos faltan siempre certidumbres y evidencias.
De todas formas, si he comido. Y ademàs hace algo de frìo...
¡No!
Mejor abro esa puerta.
Esa voz infantil, quizás era la mía.
Tésalo
¿Tu tienes una voz como la de la parca mezclada con la niña del exorcista? jejejej.
El mundo está lleno de miedicas, Tèsalo.
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