Un vendaval dejó tras de sí la arena de la playa revuelta, proyectada contra las ventanas de los coches formaba una película opaca y finísima. Los minúsculos granos se lanzaban, hirientes contra los transeúntes. Los pasos acelerados de sus zapatos, aquí y las sandalias, allá, revolotearon sobre la plaza como palomas ansiosas. Las conversaciones, de diferente calado, se levantaban en el aire lanzándose implacables como los granitos de arena.
Fuiste tu,
No, no lo hubiera hecho sino hubiera sido por ti.
¿Qué hacemos ahora con la hipoteca? ¿Renegociamos?
¿Cómo demonios vamos a afrontar el mes sin uno de los trabajos?
No podía verles, aunque me llegaran todos los ecos. Sus voces tenían poderes, me laceraban los oídos.
Te quiero.
No, yo más.
No no no, yo mucho más a tí.
En ocasiones me permitían flotar embelesado, y otras me sumían en la más triste oscuridad cuando se arrojaban los trastos a la cabeza con encono, con saña, con palabras truculentas y dolor.
¡Uy! ¡Una moneda! Mi cestillo últimamente no recibe muchas dádivas, la solidaridad se guarda para épocas de abundancia.
Le devuelvo una sonrisa de loco descarado. Es un niño, tendrá cinco años y me observa radiante con un gesto de complicidad, luego vuelve junto a su madre. A veces pienso que sólo ellos logran verme entre el barrullo de la gente. Vivo en la más absoluta clandestinidad.
Se supone que esta plaza es el mejor lugar para una recolecta caudalosa pero he decidido que migraré para no escuchar tanta miseria.
Seré pobré, estaré pasado de la olla, pero por un euro no merece la pena sufrir esta congoja, prefiero mudarme a un rincon solitario.
Tumbado al sol en mi banco preferido no cambiaría su preocupación, su nerviosismo, su histeria y su tensión por este soleado palco de tacto rígido.
5 comentarios:
Hola Mimí:
Me ha encantado. Cuanto mejor es la caricia del sol que todas esas miserias.
Feliz semana
¡Por supuesto, Ardilla!
He visto tu comentario sobre los 3/4 - Depende del navegador que uses veras eso, un cuadrado o el doble guión.
Con Google Chrome yo lo veo bien :-)
Un besito
Ah, yo no puedo ponerlo en el mío.
Al final ni te comenté el relato, menudo despiste.
Besito, guapetona, espero que estés bien.
Esto me recuerda a que cada uno, absolutamente, todas las personas "tenemos nuestro mundo". A nadie nos gusta que nos lo interrumpan? Cada cual diferente.. pero a todos nos es de agrado vivir en nuestra "tranquilidad".
Al fin y al cabo, si nos rompen nuestra calma, también nos rompen algo más... nuestra felicidad (al menos algo que se asemeja a ella).
Personalmente, desde hace un par de años, ya no pienso en mi felicidad; me baso más en intentar encontrar mi calma. =)
P.D. EL primer párrafo, podría ser una buena letra de canción, suena musical. :P
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