domingo, 7 de enero de 2018

Amaneceres: la danza noctívaga





Por las noches, en el silencio de su cuarto, bailaba un cuarto de la danza del vientre (para evitar luego ir al baño en exceso),después se quitaba las cortinas de la cabeza para volver a colgarlas en la estancia y finalmente daba 6 vueltas a la cama, así tal como cayera se quedaba; imperturbable hasta la aparición del alba, estoico como un icono petrificado por la suave mano de la oscuridad.


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