martes, 28 de mayo de 2019

Cadencias de una cuenca minera

Bajo las lámparas de la panadería la luz se balanceaba tintineando una canción. Nadie supo por qué Matilda eligió precisamente aquel ex-vagón de mineros para montar su tahona prefabricada, pues él, ajeno a su nuevo oficio, o quizá por nostalgia, de vez en cuando endulzaba el pan con una pizca de carbonilla.
Cadencias de una cuenca minera

No hay comentarios:

Algun día nos lo contaremos todo. Película

Cada vez me interesa más el cine alemán en cuanto a sus directoras y guionistas toca.   Con " Algun día nos lo contaremos todo" no...