miércoles, 11 de abril de 2018

Hermosa soledad

 Así es vivir en sociedad: subir al metro y compartir un viaje de una hora atravesando la urbe sin apenas levantar la vista de tus libros, de tus manos, de los zapatos, del suelo  por temor a  … porque a  veces resulta triste encontrarse los rostros demacrados por el agotamiento tras una pesada jornada de trabajo, prefieres mirar y no mirar. Su tristeza te cala los huesos; las bolsas bajo los ojos,  perdidos, vagabundos  en el vagón. Prefieres posarte solo un segundo sobre las canas mal cubiertas de la mujer que con los pies engancha un bolsón, y en un esfuerzo sostiene el monedero bajo la barbilla intentando no sucumbir al sueño.  Mirar y no mirar … Su gesto cuestionándose qué le hace falta para la compra, ¿Se habrán levantado sus niños? ¿Se les habrá olvidado que  el microondas calienta la leche con solo un minuto? ¡Solo un minuto! Si no se quemarán… Al poco su cabeza zigzaguea cuando nos detenemos en un frenazo, sabes por el movimiento de sus ojos  que acaba de detener sus pensamientos, tú miras de reojo en qué estación estás, ella lleva dentro un reloj; el de la cotidianidad, y solo parpadea una vez más, detiene la vista en su bolso y alarga la mano revolviendo en él, saca un libro amarillento, de los de vieja edición, de esos que cuando envejecen huelen a  vainilla, y levantas la vista un segundo más, sientes como tu gesto contenido se transforma en una sonrisa, entonces pierdes algo de miedo a invadir su intimidad, pero inmediatamente te contienes. Afortunadamente ella sigue ausente, en esa parcela metafórica que supone su cuerpo físico, sus posesiones y la exigua proyección de su mirada, se enfoca en el libro, se vuelca en él. Y a tí te gustaría saber qué lee, pero ya no tiene pastas, y te preguntas de dónde lo habrá sacado, ni siquiera parece empezar en la página uno, ha tenido que inventarse el principio, y te sientes complacida como si hubieras hecho una amiga: lo mismo que hace ella con su libro lo haces tú con la escritura: solo tienes un gesto, un lenguaje no formal y con él echas a andar sobre la página hasta desentrañar a tu personaje, ella vive en soledad, en una hermosa soledad, habita entre las palabras que … podrías haber escrito tú.


Hermosa soledad

Autor de la imagen: Manuel Jesús Pineda



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