martes, 19 de diciembre de 2017

¡Niña!




   Soy una extraña que se mira a si misma desde el otro lado de la ventana. Me oigo bajar las escaleras en tropel y siento còmo mis mocasines se traban en los últimos peldaños. Acabo con la cabeza en las baldosas, he notado un golpe seco en la boca. Las rodillas me arden como fósforos. Me miro e intento no empatizar con esa niña que pasa de puntillas delante de la puerta de la sala de estar. Lleva el pelo despeinado y los ojos llorosos, las mejillas incendiadas, el paleto recién partido y la falda arremangada para que no le roce las rodillas. La chaqueta azul se encabrita en la cintura y se retuerce a base de bien. 
   !No se Quién es! me digo, pero es tarde para tanto pensamiento y el primer !Guau! Me hiela la sangre. Quiero salir a jugar sin que la abuela se entere, y él viene y se pone a husmear. Le agarro del hocico intentando contenerlo pero eso no es un perro, es un cabrito que te mocha a la menor oportunidad. Y no entiendo qué le da la abuela para que el dichoso pastor vasco me vigile como a un rebaño. Al fin le oigo ladrar desde el otro lado de la puerta. Me pongo los zapatos y camino como puedo hasta el portal de la vecina:


   -¿Juegas Luci? -grito-. Oigo un zumbido áspero desde el fondo de la casa:

   -¿Dónde te crees que vas a estas horas con esta solana? !Sal corriendo para casa, niña!


Regresa cuando las luces se van









La autora de la fotografía pasó desapercibida apesar de su grandeza.

lunes, 11 de diciembre de 2017

La tormenta Ana





Cuando el viento amaina el silencio provoca una interrogación, nos miramos a los ojos y contenemos la respiración quietos. Al cabo de un rato el tejado vuelve a carraspear en medio de la noche, y las tejas parecen pasearse encima de nosotros, aún con la luz encendida perseguimos sus movimientos mirando el techo paso a paso, paso a paso, pas ... o , son las ocho y ya estamos en la cama, en velacama, y la noche promete ser herrumbrosa, los minutos se van dejando caer en el precipicio de la oscuridad, quizá no sean tejas y si el paso de escobas, escollos, ripios de hecho aún por limpiar, escamas que debiéramos habernos quitado hace tiempo para sentir la humedad, para no temer al tiempo las cadenas del silencio o el implacable pepito grillo de un vendaval invernal.



miércoles, 6 de diciembre de 2017

La sabana de las marionetas


El sueño del pequeño guerrero

Me encantan los cuentos africanos en la sabana, quizá porque un día yo conocí la pequeña áfrica en un lugar de Extremadura donde las garzas anidaban; grandes extensiones de terreno entre grandes charcas, agua que manaba del suelo, y herbazales de altura considerable. Allí, apostadas en lo alto de viejos alcornoques esperaban la salida de los pececillos a respirar, ranas y culebras de agua suponían para ellas un manjar. A mi pequeña Africa le faltaban las jirafas, igual también un elefante o dos, pero compensando mis vistas he encontrado esta historia... creada por la Tartana Teatro


Trailer "El Sueño del Pequeño Guerrero" from PROVERSUS on Vimeo.

Soy actriz de teatro, de teatro ...





Soy actriz de teatro, de teatro... 
Divertida propuesta no apta para menores de ... o mayores de ..., con problemas de ..., o no recatados.
Mi opinión... In my opinion ... C´est que je pense...

Me sorprendió al principio pero luego me sumergí en lo que cuenta y olvidé que estaba desnuda, o la desnudez pasó a ser lo mismo que si llevara una chaqueta de lana y unos vaqueros, no hay nada sexual, lo hay cuando se pone el accesorio de baile, el sujetador, es curioso, porque cuando se viste te das cuenta de su desnudez ... Lo mejor de esta pieza para mí es que cuando habla desnuda al yo que hay debajo de la actriz, y ves la niñez, la madurez, su dominio del cuerpo, de la voz, de la escena. Es una lección magistral de teatro.



Texto y actuación de Ester Bellver.


domingo, 3 de diciembre de 2017

Arte


Arte es la ruptura del dogma, la resistencia del yo del artista a la línea del optimismo mediante la búsqueda en la forma, la composición, la estructura, el ritmo...
                            Ana Rico




                                                       Imagen de Sean Leiter Shopping 1953

sábado, 2 de diciembre de 2017

Alemania


-Un día hablaremos de los pasos que me llevaron al otro lado. No me arrepiento de nada -me dijo-,   al pitido del conserje subió la escalerilla y siguió gritando ante el silbido del tren. Aún guardo la carta, nunca se la entregué. ¡No se hubiera ido! ¡Y su mente hacía tanto que cruzó aquella maldita frontera!

Al cabo de unos meses comenzaron a llegar pequeños paquetes, siempre abiertos al pasar la aduana. Las palabras en una clave que nunca acordamos resultaban lacónicas ... Estoy bien ... conseguí trabajo ... aquí somos ciudadanos de tercera ... los barracones están llenos de compatriotas que trabajan a destajo con la esperanza puesta en sus familias ... hace frío, mucho frío ... algunos nunca regresarán, aquí serán enterrados ... 

Un mes el cartero dejó de presentarse, esperamos en silencio, la bici se alejaba con un chirrido de desasosiego sin detenerse en el buzón.

Pusimos su nombre en una lápida, y un lugar: Alemania.


Texto:    Ana Rico - Ana Ruibarbo 2013
Imagen: Tom Staller

viernes, 1 de diciembre de 2017

Otoño






Cada hoja es un marasmo de recuerdos, mientras se balancean tímidas en el viento siento como mi vida se aleja de mí. Sembramos momentos y seguimos caminando hasta que el horizonte nos desdibuja.




A veces solo hace falta una gota para perder de vista la silueta, otras la ceniza de los días -suspendida en el ocaso- atrapa la figura de quienes soñaron la utopía.


Nadie sabrá si realmente desaparecimos o solo se trata de un efecto óptico.




Escrito un noviembre de queimadas

Goya el 16 de abril

Vuelve de nuevo "El sueño de la razón produce monstruos" Desde que lo descubrí me fascinó por ese lenguaje tan periodíst...