Pasó su mano cálida sobre mi espalda, y acarició mi nuca atrayendo hacía sí mi cuerpo, entonces lo sentí.
Una segunda piel aterradoramente fría también me asía bajo su abrazo, y surcó sus garras arrascando mi dermis.
Abrí los ojos y la contemplé.
Abrió su boca y los dientes se afilaron como agujas en una mueca mezcla de amarga risa, su lengua se expandió dejando detrás un agujero negro de absorción, su cuerpo por momentos se diluía en el aire, salvo su mano
Las uñas afiladas se quedaron clavadas allí como muestra de su poder, la evidencia de su deseo se convirtió en mi desazón.
1 comentario:
Surrealistas imágenes.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo
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